Es habitual ver a personas con resfriados, gripe o dolores de garganta más de una vez al año. Y esto se debe probablemente a la falta de un estilo de vida saludable, como no hacer ejercicio, una dieta poco saludable y noches de insomnio.
Todo esto perjudica al organismo, que obtiene una baja inmunidad. Debido al debilitamiento del sistema inmunitario, el organismo es más vulnerable a los ataques de virus, hongos y bacterias.
Nadie se pone enfermo por caminar descalzo sobre el suelo helado, sino por toparse con agentes causantes de enfermedades que se aprovechan de que el organismo no es tan capaz de “defenderse” de la acción de estos invasores.
Entonces, ¿qué podemos hacer para mejorar nuestra resistencia? No hay ningún milagro, ni ningún alimento que, por sí solo, aporte todos los nutrientes que necesitas. Pero la buena noticia es que al incluir alimentos que aumentan la inmunidad, las posibilidades de enfermar disminuyen considerablemente.
¿Cuáles son los alimentos que aumentan la inmunidad?
Lo ideal es consumir alimentos que sean fuentes de vitaminas y minerales con poder antioxidante, es decir, que inhiban la acción de los radicales libres en el organismo. Son los que aceleran el envejecimiento celular, un proceso que puede precipitar la aparición de varias enfermedades y que perjudica al sistema inmunológico.
1. Frutas cítricas
Los cítricos son imprescindibles cuando se trata de aumentar las defensas del organismo. Lo más destacado son los limonoides -compuestos responsables del sabor amargo de los cítricos-, presentes sobre todo en la cáscara.
Los estudios demuestran que esta sustancia estimula la producción de enzimas que reducen el colesterol y blindan el cuerpo contra el cáncer.
Asimismo, los flavonoides también se concentran en la cáscara y ayudan a prevenir problemas cardíacos. Los cítricos son ricos en fibra y vitamina C, además de tener propiedades antiinflamatorias.
Los cítricos más recomendados
- Naranja
- Kiwi
- Fresa
- Acerola
- Limón
- Mandarina
Consejo
Prefiera siempre la fruta fresca o prepare zumos sin quitar la piel, para poder aprovechar al máximo los nutrientes presentes en estas frutas.
Y como la vitamina C se destruye fácilmente con la luz y el calor, el zumo debe consumirse inmediatamente para que no pierda la mayor parte de su valor nutritivo.
2. Hojas de color verde oscuro
Además de ser fuentes de vitamina C, las hojas de color verde oscuro tienen luteína y zeaxantina, que tienen una importante acción contra la degeneración macular.
Consejo
Coma espinacas, achicoria y col cruda en ensaladas o incluso salteada. La opción en vapor siempre es bienvenida, ya que contribuye a que los alimentos no pierdan parte de sus propiedades durante la preparación.
3. Ajo y cebolla
El ajo y la cebolla pueden consumirse crudos, cocidos, en la preparación de otros alimentos, en ensaladas o en sopas.
Los estudios han demostrado que el ajo puede ser útil para proteger el organismo de la artrosis, la obesidad, el cáncer gástrico y las enfermedades cardiovasculares. Las cebollas, que contienen quercetina, pueden reducir las posibilidades de contraer la gripe.
Por no hablar de que ambos pueden considerarse prebióticos y, por tanto, facilitan la acción de los probióticos. Así que, uso y abuso de prebióticos y probióticos.
Consejo
El ajo debe consumirse preferentemente crudo o machacado (utilizado en patés y pastas). Evite freír la cebolla o mezclarla con alimentos poco nutritivos y muy calóricos.
4. Jengibre
El jengibre tiene propiedades antiinflamatorias y también ayuda a reforzar el sistema inmunitario.
Consejo
¿Qué tal un té de jengibre? Sólo necesitas 50 gramos de jengibre fresco rallado y 1 litro de agua. Luego, sólo hay que llevarlo al fuego y dejarlo hervir durante 15 minutos antes de colarlo.
5. Nuez de Brasil
Fuente de selenio, la nuez de Brasil tiene una gran capacidad antioxidante, ya que neutraliza la acción de los radicales libres en nuestro organismo y retrasa el proceso de envejecimiento, evitando la aparición de algunas formas de cáncer.
Consejo
Consumir sólo una unidad al día. Precisamente por ser muy rico en selenio, no debe consumirse en exceso, ya que puede provocar algunos efectos adversos en el organismo, como irritabilidad, dolores corporales e incluso debilidad muscular.
6. Yogur y leche fermentada
Son reconocidos por ser probióticos y tienen microorganismos vivos que recuperan la flora intestinal y fortalecen el sistema inmunológico.
Consejo
Consumir diariamente al menos un vaso de leche o yogur. Si es durante el desayuno, aún mejor.
7. Manzana
Al contener resveratrol y quercetina, las manzanas ayudan a prevenir el cáncer, los problemas cardíacos y la inflamación. Y la presencia de fibras solubles reduce la inflamación asociada a la obesidad, reforzando también el sistema inmunitario.
Consejo
Intenta comer una unidad de manzana o beber un vaso de zumo 100% natural entre las comidas principales.
8. Tomate
El licopeno, un antioxidante esencial para prevenir el cáncer de próstata, está muy presente en los tomates, y ayuda en la lucha contra otros tipos de tumores debido a su acción antioxidante -además de blindar el corazón contra una serie de problemas.
Consejo
El calor aumenta la biodisponibilidad del licopeno, por lo que es mejor consumir los tomates cocidos, en salsas picantes o incluso en sopa de tomate.
La cantidad perfecta a consumir por día es ½ taza de tomate o salsa de tomate.
9. Germen de trigo
Una excelente fuente de vitamina E, que es un potente antioxidante que protege contra el estrés oxidativo e interactúa con las vitaminas A y C y el selenio para reforzar la inmunidad.