La apendicitis puede afectar a personas de todas las edades, sexos y tipos de cuerpo. Es una inflamación del apéndice, un pequeño saco en forma de dedo unido al intestino grueso. Los primeros signos y síntomas de la apendicitis suelen ser leves y pueden confundirse con otros problemas comunes, como indigestión o calambres estomacales. Los cuatro síntomas más frecuentes de la apendicitis son dolor abdominal, hinchazón abdominal, náuseas y vómitos.
La apendicitis puede empeorar rápidamente, por lo que es importante comprender los síntomas y buscar ayuda médica si experimentas alguno de ellos. Sin un tratamiento rápido, el apéndice puede perforarse -reventarse- y causar una infección al derramarse su contenido en el abdomen. Esto requiere una intervención quirúrgica urgente.
Síntomas principales de la apendicitis
El síntoma principal de la apendicitis es el dolor en la zona abdominal. Suele empezar alrededor del ombligo y luego progresa hacia la parte inferior derecha del abdomen. El dolor puede llegar a ser intenso e incapacitante, y suele empeorar al toser, respirar o moverse.
Otros síntomas de la apendicitis son náuseas y vómitos, fiebre, estreñimiento o diarrea y pérdida de apetito. También puedes experimentar dificultad para orinar. Cualquiera de estos síntomas debe hacer que te pongas en contacto con tu médico o acudas a urgencias.
Qué hacer en caso de urgencia
La apendicitis puede empeorar rápidamente y poner en peligro la vida si no se trata. Si sospechas que tienes apendicitis, llama a tu médico o acude a urgencias lo antes posible.
En urgencias, tu médico te preguntará por tu historial médico y te hará una exploración física. La exploración se centrará en la zona abdominal para comprobar si hay sensibilidad y dolor al presionar sobre ella. El médico también puede solicitar una tomografía computarizada, un análisis de sangre o un análisis de orina.
Tratamiento de la apendicitis
Si el diagnóstico es apendicitis, lo más probable es que el tratamiento consista en una intervención quirúrgica para extirpar el apéndice infectado. Es importante que te extirpen el apéndice lo antes posible. Sin tratamiento, el apéndice puede reventar, provocando una infección y otras complicaciones graves para la salud.
La cirugía es una forma habitual y segura de tratar la apendicitis. Según la gravedad de la infección, puede realizarse una apendicectomía laparoscópica o abierta. Durante una apendicectomía laparoscópica, el cirujano introduce una cámara diminuta en el abdomen y utiliza instrumentos en miniatura para extirpar el apéndice. Este tipo de cirugía tiene un tiempo de recuperación más rápido que la cirugía abierta.
Cómo reducir el riesgo de apendicitis
Aunque se desconoce la causa exacta de la apendicitis, hay varias formas de reducir el riesgo, como seguir una dieta nutritiva, beber mucho líquido y hacer ejercicio con regularidad. Una dieta rica en vitamina C, probióticos y antioxidantes, como las verduras de hoja verde, puede ayudar a reducir el riesgo de apendicitis. La cafeína, el alcohol y las bebidas carbonatadas también pueden irritar los intestinos y aumentar el riesgo, por lo que puede ser conveniente reducir el consumo de estas bebidas.
Cuándo acudir al médico
Si experimentas alguno de los síntomas clásicos de la apendicitis, como dolor o sensibilidad abdominal, fiebre, vómitos y pérdida de apetito, busca ayuda médica de inmediato. El diagnóstico y el tratamiento precoces son cruciales para tratar la apendicitis y reducir el riesgo de complicaciones graves.
Es importante detectar y tratar pronto la apendicitis. Si no se trata, la apendicitis puede provocar la rotura del apéndice y graves complicaciones de salud. Si experimentas alguno de los signos y síntomas habituales de la apendicitis, busca atención médica de inmediato.