El hígado es un órgano considerado crucial para varios procesos fisiológicos de nuestro cuerpo: ayuda a la digestión y al metabolismo de los macronutrientes, almacena vitaminas y minerales, apoya al sistema inmunológico, equilibra los lípidos e incluso metaboliza los compuestos tóxicos o indeseables.
Es el segundo órgano más grande de nuestro cuerpo, pesa alrededor de 1,4 kg y está situado en la zona superior del abdomen, debajo del diafragma. Hay varias enfermedades que pueden afectar al hígado, como la hepatitis, la cirrosis y la esteatosis hepática (o hígado graso).
Esteatosis hepática o hígado graso
La esteatosis hepática es la acumulación de grasa en el hígado, que en muchos casos está asociada al consumo excesivo de alcohol. Otras causas consideradas más raras son, por ejemplo, el uso de algunos medicamentos, ciertas enfermedades genéticas y la exposición a toxinas (por ejemplo, por inhalación de disolventes orgánicos derivados del petróleo).
Sin embargo, la acumulación de grasa en el hígado es cada vez más frecuente en personas que no consumen alcohol o lo hacen en pequeñas cantidades. Está reconocida como una de las enfermedades hepáticas más frecuentes en la actualidad.
¿Cómo cuidar mejor su hígado?
La adopción de un estilo de vida saludable, como la práctica de un plan de alimentación equilibrado, la actividad física regular, la exclusión de alimentos hepatotóxicos como el alcohol y, si es posible, la evitación de algunos medicamentos, puede ayudar al buen funcionamiento del hígado, además de prevenir el empeoramiento de la enfermedad hepática no alcohólica.
Controlar los factores de riesgo: intentar tener un peso corporal normalizado y mantener los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos en sangre dentro de los parámetros adecuados.
En su dieta debe preferir los alimentos ricos en carbohidratos complejos, evitar los carbohidratos simples (azúcar, harinas no integrales, etc.), las grasas saturadas, las carnes rojas, el queso, la mantequilla, los fritos y las salsas, entre otros.
Aliados en fitoterapia
La alcachofa y sus principios activos (cinarina, ácidos aromáticos y flavonoides) son responsables de su acción colerética (aumentan la cantidad de bilis secretada por el hígado) e hipocolesterolemiante, lo que contribuye a normalizar los niveles de lípidos en sangre.
El cardo mariano (Silybum marianum) se considera útil para mantener las funciones fisiológicas de depuración y, a través de su principio activo, la silimarina, ayuda a regenerar las células del hígado. En cuanto a la función hepática, destacan también plantas como el diente de león, la cúrcuma (Curcuma longa) y el desmodium.
Finalmente recuerda siempre consultar a tu médico tratante antes de consumir
Que tengas un lindo día y no olvides compartir con tus grupos, amigos y familiares esta valiosa información.
Nos vemos en el próximo Artículo
Dios Te Bendiga