El linfedema, comúnmente denominado linfedema, es una hinchazón de los tejidos causada por una enfermedad. Se debe a una acumulación de líquido linfático en la zona afectada. Las causas más frecuentes de linfedema son los tratamientos relacionados con el cáncer, como los que resultan de la extirpación de los ganglios linfáticos, y las infecciones, como la causada por Wuchereria bancrofti, causante de la filariasis linfática. Es importante comprender la enfermedad y mantenerse informado sobre los tratamientos disponibles, ya que son clave para permanecer lo más libre posible de síntomas.
¿Qué es el linfedema?
El linfedema es una afección médica que puede causar una acumulación de líquido en la zona afectada, lo que provoca hinchazón y disminución de la movilidad. Esta hinchazón puede ser incómoda y provocar otros problemas, como cicatrices y daño tisular. Es más frecuente en brazos y piernas, pero en algunos casos también pueden verse afectadas zonas como la cabeza y el abdomen.
¿Quién corre el riesgo de padecer linfedema?
Existen dos tipos de linfedema: primario y secundario. El linfedema primario es una enfermedad hereditaria causada por una anomalía genética del sistema linfático. El linfedema secundario está causado por lesiones o enfermedades, como el tratamiento del cáncer que provoca la extirpación de los ganglios linfáticos. Las personas que han estado expuestas a la radiación y las que han sido operadas de cáncer también corren riesgo de padecerlo.
Identificación y tratamiento del linfedema
Las personas con linfedema deben someterse a una evaluación periódica para poder controlar y tratar eficazmente cualquier progresión. La buena noticia, sin embargo, es que el linfedema es manejable, y con el régimen de tratamiento adecuado puede conseguirse una calidad de vida positiva. El tratamiento se centra en reducir la hinchazón y prevenir las complicaciones.
Medicamentos
El linfedema aumenta el riesgo de infecciones cutáneas (celulitis). Tu médico puede recetarte antibióticos que puedes tener a mano en caso de que se presenten síntomas.
Terapia
También puede utilizarse la fisioterapia para reducir la hinchazón y favorecer la circulación. Además, la terapia de compresión, o envolver el brazo o la pierna afectados con un vendaje apretado u otra prenda de compresión, es un tratamiento habitual de primera línea para el linfedema.
Prevención
Las personas con linfedema deben tomar las medidas necesarias para prevenir la hinchazón y la infección. Esto puede incluir ejercicios para ayudar a la circulación y prestar atención al brazo o la pierna afectados, así como a la piel y las uñas.
Otras opciones de tratamiento
Existen otras opciones de tratamiento, como el láser y la terapia con células madre, que han demostrado su eficacia. Además, puede ser necesaria la cirugía para el linfedema primario, así como para el linfedema secundario, a fin de mejorar la calidad de vida y la movilidad. Por último, existen medicamentos potenciales para el linfedema en el futuro, ya que se está investigando para desarrollar nuevos fármacos que puedan tratar potencialmente la enfermedad.
Llevar una vida sana y activa
Es importante ser consciente de que el linfedema es una enfermedad crónica y que, aunque existen tratamientos, puede ser difícil controlarla y reducir los síntomas. Sin embargo, con un plan de tratamiento y un estilo de vida adecuados, las personas con linfedema pueden llevar una vida activa e implicada.
El ejercicio regular puede ayudar a reducir los síntomas; sin embargo, las personas con linfedema no deben realizar esfuerzos excesivos. La natación y otras actividades de bajo impacto pueden ser muy beneficiosas para controlar la enfermedad. Además, es importante mantenerse hidratado y comer bien, ya que esto puede ayudar a reducir la hinchazón.
Conclusión
Vivir con linfedema no tiene por qué significar vivir con una disminución de la calidad de vida. Con la información y el plan de tratamiento adecuados, los afectados pueden llevar una vida sana y activa. Se recomienda encarecidamente buscar consejo médico desde el principio, así como prestar atención a la zona afectada y al estilo de vida. Con una atención y un tratamiento diligentes, quienes padecen linfedema pueden seguir llevando una vida satisfactoria y gratificante.