La nefropatía, también conocida como enfermedad renal, es una afección en la que se deteriora o se pierde la función del riñón. Los distintos grados de gravedad de la nefropatía pueden dar lugar a una amplia gama de síntomas y tratamientos. Si no se trata, la enfermedad renal puede conducir a la muerte. Este artículo tratará de los síntomas, causas y tratamientos de la nefropatía.
Síntomas de la nefropatía
En función de la gravedad de la enfermedad, algunos síntomas frecuentes de la nefropatía son náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga y debilidad, problemas de sueño, micción abundante o escasa, disminución de la agudeza mental, calambres musculares, hinchazón de pies y tobillos, picores y piel seca. Si la nefropatía está más avanzada, pueden presentarse los siguientes síntomas: dolor de cabeza, malestar general, náuseas y vómitos, hinchazón de las piernas, mayor propensión a las infecciones y picor en la piel.
Causas de la nefropatía
La nefropatía puede deberse a varias causas diferentes. En su forma más leve, el daño renal está causado por afecciones médicas como la diabetes y la hipertensión, o por una inflamación prolongada del riñón. Un tipo de anticuerpo llamado inmunoglobulina A (IgA) también puede acumularse con el tiempo en el riñón, provocando inflamación en los pequeños vasos sanguíneos del riñón, o glomérulos, lo que conduce a la nefropatía.
Tratamiento de la nefropatía
Para tratar la nefropatía, hay que identificar y abordar su causa. Una de las formas más comunes de diagnosticar la nefropatía es realizar algunas pruebas, como una prueba de anticuerpos antinucleares, una prueba de ADN antidoble cadena y/o una prueba de sedimento urinario. El tratamiento de la nefropatía suele consistir en controlar la causa primaria que provoca el daño renal. Las opciones de tratamiento varían según el tipo y la gravedad de la enfermedad.
Si la afección está causada por la diabetes, controlar los niveles de azúcar en sangre y mantener la tensión arterial es esencial para prevenir la nefropatía, así como la pérdida de la función renal. En los casos más graves, las personas con nefropatía pueden tener que participar en un tratamiento de insuficiencia renal terminal, que puede incluir diálisis. Esto puede complementarse en algunos casos con fármacos como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, que pueden reducir los síntomas de la nefropatía y ayudar a ralentizar su progresión.
Conclusión
La nefropatía puede ser una enfermedad debilitante y potencialmente mortal si no se trata. Si se presenta alguno de los síntomas de la nefropatía, es importante buscar atención médica lo antes posible. Cuanto antes se identifique y trate la nefropatía, mayores serán las probabilidades de éxito del plan de tratamiento.